El día de hoy he tenido una entretenida discusión sobre los alimentos, con un gran amigo. A continuación les narro el hilo de la discusión:
-Me parece estúpido que te quieras atragantar todo de un bocado
-…
-ya ves, ni siquiera tienes algún punto con el cual defender tu acción, además lo haces sin masticar (vocifere y creo haberle intimidado un poco pues bajo su cabeza)
-cuack
-“cuack” (repetí extrañado) ¿qué es lo único que tienes que decir?
Y así prosiguió durante cuarenta minutos y debo confesar que al final su punto parecía conciso.
Es así como pase el día con mi pato Sebastián.
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