No sé donde estas. A quien le podría importar. Parece estar
amaneciendo. El sueño se quiere escapar.
Solo me queda esta cara de tonto con la cual tengo que
enfrentarme al mundo. Los límites, los cuales aspiro romper. La ciudad misma
que planeo dejar. Una lluvia de gritos lejanos de tu voz. Algo de alcohol para
variar. Cuando me pregunten, resulta que no sé nada de ti.
Lo último que recordare será aquella mañana fresca en la
universidad. Algunos recortes en mí libro de francés. Los viejos recuerdos que
pretendo olvidar la situaciones incomodas. Los amigos mutuos y los espacios comunes.
Resulta que me tengo que poner al día por aquí. Me he pasado
de largo unos tres días de golpe. He investigado en mi libreta y no tengo un
solo recuerdo de ti. Ni una sola mención por más breve que pueda perecer, después
de todo es tiempo no tendría a donde mirar.
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