Me voy a olvidar de Santa Catarina y sus calles llenas de
movimiento, sus recorridos llenos de energía y nauseas matutinas. los silencios invadidos por ruidos de autos,
gatos y negaciones. No hay espacio para mí en este lugar que apenas y puedo
mantener.
Sabes que es una ciudad pequeña como para andarnos
ocultando, dándole importancia a algo que ya no lo tiene. así que la próxima
vez que tengas que retirarte, no te disculpes.
De momento, lo único que quiero es ser como esas dos aves;
volando lejos la tarde de un sábado. Me ha sucedido lo contrario, estoy
sentado; sorpresa aparte, la noche cercana y mosquitos merodeando.
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