La ciudad se
convierte lentamente en un vals de parejas que van mutando a lo largo del
recorrido, mi ventana se ve invadida por silencio. El circo se encuentra en la
ciudad y lo único que quisiera saber es si los camellos pueden dormir
tranquilos, pues la ciudad no duerme. Justo ahora, estoy No-Durmiendo. Sé que
prometí mantenerme a la orilla de la pista, pero justo comienza una canción que
me encantaría bailar, también tengo en claro que los dos entendemos todo lo que
va sucediendo. También tengo en claro que los dos no entendemos todo lo que va
sucediendo.
El lamento
del primer autobús se hace presente, el lamento de las calles mal iluminadas, el
lamento de llamarse Jorge, el lamento de saberte.
Algunas
situaciones están fuera de mi alcance y control, hay algo de lluvia que me gustaría
recordar desde el momento en el que la perdí de vista. Debió ser esa noche, en
la que la noche se vuelve un espectador más de la ciudad que prefiere dormir
para ir dando espacio.
Me gustaría pensar
que hoy es martes, pero no estoy del todo seguro.
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Sé que prometí mantenerme a la orilla de la pista, pero justo comienza una canción que me encantaría bailar, también tengo en claro que los dos entendemos todo lo que va sucediendo. También tengo en claro que los dos no entendemos todo lo que va sucediendo.
Strangers in the night
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