Esta noche solo me consuela Jack White, su guitarra doliente y sus letras llenas de hastío. Las presiones de una familia en constante crecimiento, que no se dirige a ningún lugar. A veces me cansa mucho la gente de la que me he venido rodeando todos estos años, pues de cierta manera, son como una instantánea de cierto momento de tu vida. Ha pasado tanto tiempo que ya todos hemos cambiado y somos distintos, entonces un día te topas con esa fotografía donde llevas una playera ridícula con una leyenda como: “grunge is dead” y sabes que es muy tonto, pues a estas alturas, si es algo que uno cree, no se lo va gritando a todo el mundo en la cara. Más bien, uno va eligiendo sus batallas para que al final no sea tan cansado; luego podría resultar como ladrarle a la pared o a la luna toda una noche entera. Así me siento respecto a la gente que he venido frecuentando todo este tiempo. A momentos los veo y digo: “Dios, soy tan estúpido y peor aún que estúpido fui en ese momento preciso de mi vida”. Quisiera saber si ellos también han estado cambiando y pueden notar la racha de historias que les traigo a la mente, en donde ellos formaban parte de una unión de características específicas. Creo que a estas alturas del partido es bonito-triste saber que no existe la amistad para toda la vida, pues la gente va cambiando hasta con el pinche semáforo, el trabajo, que si el encargo de una identidad era para ayer, el marcador del partido, el aumento del predial, los pagos, una canción, una banda. Todo nos va metiendo nuevas perspectivas y es como escuchar nuevos discos de la misma banda y saber que tiene una nueva dirección y que, aunque tú también has ido cambiando tal vez la emoción ya no sea la misma con el paso de los años; pero ambos (¡JA!) tienen la certeza de que siempre tienen un espacio reservado en determinado disco que te arropa en los momentos clave que vivieron. Cosa que no sucede con la gente que está aquí, pues a veces simplemente los veo y me da una tensión estúpidamente irremediable, sobre todo cuando preguntan: “¿Qué novedades? ¿Qué hay de nuevo?” porque entonces siento como si fuera el entretenimiento constante de ellos, como si tuviera que reportarles cada puto aspecto de lo que está pasando en mi vida. Lo peor viene luego, pues se quedan esperando que uno les haga segunda para preguntarles, porque se ve que ellos se mueren de ganas de decirte. Es ahí cuando me gusta ser descortés y dejarlos con la charla a medias; no saberles nada. Hay cierta gente que me interesa, pero cuando sucede eso, supongo que uno siempre se mantiene en contacto e interacción y va sabiendo lo que le sucede sin tener que preguntarlo.
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