En ese momento de golpe me llego la imagen completa de su
vida. Las caminatas vespertinas después de la tarea. Una infancia algo errática.
Algunos intentos de casas del árbol fallidos, después de buscar tesoros. Rescato
al mundo como dos veces o más, siempre de peligros distintos, tuvo cientos de
amigos pero ninguno real, a veces llegaban a medir dos metros. Todos vinieron
para su cumple años con algunos regalos sorprendentes como rocas de Marte y
llaves mágicas. Polvo de dinosaurio, en bolsas de colores. Ningún niño asistió ese
día. Después del pastel, todos corrieron por el patio frontal, y jugaron un
poco, la casa del árbol jamás lucio tan viva, como aquella tarde. Tiempo después
tuvieron que partir, seguimos en contacto mediante mensajes en estrellas
fugaces, y telegramas escritos sobre la tierra.
21.9.11
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