La he visto mientras bocetaba en algún parque del centro de
la ciudad. Se encontraba leyendo algo de Edgar Allan Poe, mientras caminaba en círculos.
Yo ponía algo de sombras a los arboles
cuando la vi de reojo. Volteando hacia donde me encontraba digo algo en un tono
lúgubre de voz:
“Un instinto inmortal, profundamente enraizado en el espíritu del hombre, es de este modo, dicho sin rodeos, un sentido de lo Bello. Esto es lo que administra para su deleite en las múltiples formas, sonidos y olores en los que existe. E igual que el lirio se refleja en el lago, o los ojos de Amarilis en el espejo, así la mera repetición oral o escrita de estas formas, sonidos, colores, olores y sentimientos, es una duplicada fuente de deleite”
Pero
extrañamente fui el único en voltear a su llamado. Entonces con algo de calma
cerro su libro y comenzó a verme directamente. Algo sorprendido pensé que todo
era una confusión. Cuando de pronto corrió directo hasta donde estaba y para
cubrirme utilice mi cuaderno. Después de todo, la chica despareció sin dejar
alguna especie de rastro en el lugar, más bien podría decirse que se volvió el
cuervo que ahora habita en boceto.
Suele salir por las noches para conversar, y aunque no sé
nada sobre la estética o la belleza, las platicas suelen extenderse hasta las
madrugadas. No puedo tocar su mano, pues parece más una alucinación mía. La mayor
parte del tiempo creo que se trata del fantasma de tu recuerdo.
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