He perdido el rumbo –le dije mientras miraba mi café y
agregaba algo de azúcar.- No creo que lo sueños puedan ayudarme en un asunto surreal
como lo es la vida. Aunque estoy seguro que podrían darme indicios de que
partes de la ciudad debería recorrer con los ojos abiertos. He permanecido en
vela pues no me ha dejado el pensamiento desde que llegue aquí. ¿Sabes a qué sensación
me refiero como una presión en el pecho que no se va? Podría ser que debiera
dejar de fumar y empezar una nueva vida lejos de ti. Alimentarme sanamente y
dejar poco a poco cada adicción de mi vieja vida. Es precisamente mi vieja vida
la que mantiene despierto, pues sin ella no podría diferenciar esa delgada línea
que existe entre el futuro y el ahora. En algún momento me he despago de la
realidad que me rodea tratando de seguir mi sombra y estoy en un lado de la
ciudad que no conocía, donde la gente es menos amable y desde luego mas
callada. He preguntado algunas indicaciones para volver y encontrarme conmigo
mismo. Aun que nadie ha sabido darme razón me han dicho que estoy mal licuado
de la cabeza.
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