A lo lejos escucho tu voz, la distorsión digital se ha
vuelto una complicación. En algún punto de la ciudad esta nuestro futuro
aguardando nuestras posiciones. Tu cuerpo se mueve de manera errante y es así como
nos comunicamos. Estas imperfecciones son los que nos hace distintos. Tengo palabras
perdidas en mi habitación, escritas en mi pared. De un momento a otro tendré
que dirigirte unas palabras aun y cuando no estés presente. Tendrá sentido todo
esto que estoy diciendo justo ahora. Piensa en las palabras que no puedes
escuchar. En algún punto de la conversación, ambos debimos estar dormidos. Todo se está volviendo como un mar, que no
puedo controlar. Me ha quedado claro que no quiero estar en esta ciudad, no
mientras estés en una ciudad distinta. Tengo que elegir con cuidado las
palabras que te quiero decir. Por ejemplo he usado una palabra en clave Morse,
mientras hablábamos de comida. Te ha pasado de largo y eso está bien.
No entiendo porque la ciudad se ha tornado en un gris con un
poco de iluminación. No lo entiendo peor me gusta. Las familias suelen llenar
los parques y las plazas. Hay niños con ropa de colores vibrantes, algunos
tienen gorros con uno que otro mechón.
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