Eres tú desapareciendo por toda la maldita ciudad,
entre mis malditos sueños alucinantes que he tenido toda la semana y el calor
del carajo que se ha venido sintiendo; ya no sé qué puede suceder. No recuerdo
cual es el eje central de todo esto justo al comenzar, el maldito teléfono no
ha parado de sonar, alguien debería decirle que esto es un funeral. Ninguna
buena historia comienza con la con la comodidad de los conocidos y el
aburrimiento crónico; más bien, comienzan con el desestimo que se siente de
improviso.
Soy el jodido transeúnte zen de la banqueta más próxima, el más
relajado del metro.
No me importa nada, no quiero prestarle atención a
estupideces.
No.
No, esta noche no quiero, ya me canse.
Pinche ciudad.
Al final siempre es la misma decisión:
¿La lealtad de uno esta con Iggy pop o con David Bowie?
Esta debería ser una pregunta base para todas las relaciones
humanas, no se puede decir que ambos, pues sería mentir, uno siempre tiene una
ligera inclinación por alguno de los dos. La mezcla de ambos solo puede
producir a un idiota, cosa de todo los días.
Solo por si se lo preguntan, mi lealtad esta con iggy pop
por siempre.
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