Tengo por seguro que de dar
vuelta en la siguiente esquina, el arroyo podría robarme la vista un par de
minutos. La base del cerro se encuentra llena de pintas y los niños simplemente
quieren jugar. Algunas personas siguen utilizando el canal para usar sus bicicletas;
la presa sigue brillando por la falta de agua. Si pones algo de atención, te
darás cuenta que el penal recién se mudó y está junto a tu puerta.
Tranquila, se volvieron todos
intelectuales.
Sé que hace algo de calor, el tráfico
es algo moderado y no sé cómo se llama la calle principal. El guardia me ha
dicho que no puedo pasar, pero no importa pues no quería hacerlo de todos
modos. Si sales con el tiempo encima y das unos 15 pasos te puedes encontrar
unas sorpresas agradables entre luces y sombras. Aunque la gente sigue
aterrada, creo que es causa mía.
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