The future
Lamentablemente, esa es una carta
que jamás me tocó jugar. Es una carta que por más que le diera la vuelta,
pasaba frente a mis narices; una especie de descontrol que lamentablemente
tengo que disfrutar.
La creencia que ha perdurado en
la familia más tiempo, es la que dejo mi bisabuelo; por alguna extraña razón, tenía
una manera peculiar de ver los sueños. Para él, los sueños eran una especie de reunión
entre almas, momentos fugaces entre la noche y el cielo. Un club exclusivo,
lejano de lo terrenal, en donde uno podía quedarse atrapado para siempre y no
despertar del coma.
Luego, decía de golpe, que si uno
se rascaba la cabeza o estiraba los brazos justo al despertar, olvidaba por
completo sus sueños; todos soñamos, pero aquellos que actúan mecánicamente al
despertar, son los que olvidan lo que sueñan.
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