Supongo que las relaciones contemporáneas
se están llenando los bolsillos con vacíos existencialistas; se van llenando de
cosas si sentido que surgen meramente de los no lugares y el nulo vinculo que
puede existir en comprar una cartera nueva. Todo es una experiencia genérica,
desde las luces con tintes acuáticos, hasta los espacios con temperatura
jodidamente perfecta. A veces me da un poquito de envidia como son las
relaciones de personas que surgen entre círculos demasiado cercanos, como lo
son: vecinos, personas del mismo colegio, incluso allegados a la familia. De a
poco se ve que son más reales sus interacciones; no son el producto de una
ideología que está muriendo, una ideología que simplemente se llena los
bolsillos con nuestras sensación de vacío.
No puedo recordar nada real de
alguna situación pasada, todo me parece meramente irreal; hay algunos lugares
en específico que perdieron el sentido, el tercer y cuarto escalón ya no son lo
de antes, ya no son un lugar. Les has robado la esencia de lo poco que eran,
ahora son un hueco más entre el proceso de comprar una tarta de cumpleaños un miércoles
por la tarde.
La ciudad se está quedando con
muchos huecos, la gente no puede notarlo del todo. Vienen oleadas de compras
entre centros comerciales y establecimientos. Viene la navidad cargada de
consumo y algunos fines de semana de increíbles descuentos. A cambio se van
llevando la poca identidad y lo real de las interacciones humanas. Nos dejan
condenados a no ser felices; más bien nos condenan a sentirnos felices en
breves momentos y querer más, es tonto no querer más.
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