Tus ojos entre el ojillo de las tijeras, la ranura del
escritorio. Somos un par de paranoicos en una ciudad esquizofrénica; los cerros
sucumben a tales golpes, son tragados por las nubes, invadidos por la marabunta
social, que cada vez es más voraz.
no quiero esto, no ahora, ni nunca; ni un poco después. No estoy
seguro del todo de ir entendiendo como funciona todo, a momentos, supongo es más
fácil rendirse y dejar que la parte afectante se salga con la suya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por un momento piénsatelo bien.