Hay momentos para todo en la vida, los hay para gritar como desquiciado,
para perderse entre el desierto las hierbas y la maleza poco profunda, para
caer al barranco sin pregunta alguna, para estar llenos de dudas mientras el sepelio
continua, para no saber la dirección mientras la cabalgata continua su
existencia; el perderse entre los 12 segundos que tarda uno de perder el sol y
sentir el vacío creciente. Hay momentos para todo, incluso hay momentos para
odiarte como podría ser este momento exacto, pero también hay momentos para
quererte. Todo esto siempre me deja con una sensación nula respecto a ti. No es
que de a momentos sienta que te quiera o que te extraño demasiado, o que te
odio de manera inexplicable; más bien es una situación de no saber que sucede,
pero tampoco me importa.
Hay momentos para desconfiar de todos, por otra parte hay
momentos para sentir esa franqueza de desconocidos, en específico creo que
estoy en la etapa de desconfiar, creo que siempre estoy atorado ahí mismo. Ya saben,
las personas siempre decepcionan.
Así que para concluir:
Los amo a todos, pero también los odio, en especial a las
personas que conozco.
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