De pronto me siento identificado con los arboles; la gente
alrededor, pasando, viendo, viviendo y yo aquí nomas; esperando nada, porque mi
vida es aquí y en ningún lado. hay más como yo, lo sé, estoy seguro; soy como
ellos y eso es lo que hace que ninguno se meta en el mundo del otro. es un código
secreto que tenemos entre los hombres-árbol.
Los otoños-ciudad son muy bonitos en esta parte del globo,
pues la gente se abraza y camina despacio entre nuestras memorias. llevan un
ciclo distinto, pues a nuestro otoño, ellos reverdecen entre los lazos que los
mantienen despiertos. por nuestra parte, nosotros reverdecemos en los momentos
menos esperados. ahora, por ejemplo.
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