Ya son muchas noches que venía soñando con ella, pero no
había caído en cuenta de ello hasta hace poco; la situación fue de lo más
extraño, pues en la oficina todos estaban callados, enfocados en sus labores,
atentos a lo que surge del día y de momentos. La pared como el lienzo por
excelencia daba una pauta para que tu rostro se asomara poco a poco y caí en
cuenta de que me gusta escuchar de cercanos que te odian o que te aborrecen,
pues yo no lo hago y me gusta sentir ese contraste absurdo. el contraste que
solo la lealtad puede provocar.
A momentos entre las llegadas y las salidas, todo se queda
quieto, hay una sensación extraña por todo el edificio y sé que estas por ahí,
rondando, ninfeando; llevándote imágenes de espacios y situaciones, para volver
con la fuerza de un desastre natural y llevarte todo de una vez por todas.
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