Winter Wooskie

Cuantas noches he gastado tratando de dibujarle; primero el cabello, luego sus manos, botas y sombrilla. El rostro siempre lo dejo al final, pues soy de fácil impresión y no quiero deformarlo con los demás rostros que veo a diario.
Lo peor es cuando se tiene el nombre bien presente y los ojos a juego, como retándole a uno. La astucia se ausenta y los l…



