De noche los cuervos parecen una
mancha. Las ramas funcionan a manera de plasta, una mezcla homogénea entre el
sonido y el movimiento. El follaje distinto a manera escondite, desde donde la
comuna se mantiene expectante a la ciudad. Hay sonidos solitarios que no
tienen nombre, hay compañías que se mantienen difusas. Tal vez somos paralelos
y nuestra convergencia es meramente una ilusión a la distancia. Un punto de
fuga a donde se escapa por hobbie mientras la ciudad se desmorona y buscamos el
cobijo que sólo las sombras brindan oportunamente.
14.1.16
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